Es normal que los temporizadores mecánicos se calienten ligeramente. Suele haber un pequeño motor o bobina en su interior que se activa permanentemente para accionar el mecanismo horario. Esto genera algo de calor, especialmente si el reloj está activo durante muchas horas.
El calentamiento se vuelve crítico si
el temporizador se calienta considerablemente (no sólo está caliente al tacto),
hay olor a quemado o decoloración en la carcasa,
se percibe un contacto flojo o el reloj cruje al moverlo.
En estos casos, debe desconectar inmediatamente el temporizador de la fuente de alimentación y sustituirlo si es necesario.
Las causas más comunes son
Sobrecarga: Los aparatos conectados superan el límite de potencia máxima del temporizador (normalmente 3500 W / 16 A).
Funcionamiento continuo de consumidores pesados, como aerotermos, hervidores o lámparas de calor.
Contactos deficientes en modelos antiguos o de calidad inferior.
Humedad o polvo en la carcasa, que pueden provocar problemas de aislamiento.
Fíjese en la placa de características o en las instrucciones del temporizador. Allí suele decir:
Máx. 16 A / 3500 W a 230 V
Asegúrese de que la suma de los aparatos conectados no supere estos valores. Tenga especial cuidado con los aparatos con resistencias calefactoras, ya que suelen consumir mucha corriente.
Compruebe la potencia del aparato y compárela con los datos técnicos del temporizador.