El uso de fusibles térmicos es una característica de seguridad muy importante. Están acoplados térmicamente a los elementos de protección (varistores de óxido metálico) y tienen la función de desconectar el circuito de protección en caso de sobrecarga térmica. Al realizar su función de protección, los varistores pueden envejecer y dañarse previamente. Como consecuencia, pueden circular por estos elementos de protección corrientes de fuga del orden de varios amperios. El calentamiento resultante puede hacer que estos elementos se enciendan sin que un fusible de protección de línea lo reconozca, lo que puede suponer un riesgo importante para la seguridad. La sustitución de un fusible térmico no cambiaría esta situación; también habría que sustituir los elementos de protección. Esta operación no debe realizarla un electricista no profesional.