Los enrolladores de cable, como los tambores de cable o las cajas de cable, se calientan mucho en el núcleo del cable enrollado. Por ello, se prescriben interruptores de temperatura (protección contra sobrecalentamiento) que interrumpen la corriente a unos 65 grados Celsius. Sin esta protección contra el sobrecalentamiento, el aislamiento del cable puede fundirse y provocar la destrucción o el incendio del enrollador. Para evitar que la corriente se corte innecesariamente antes de tiempo, la bobinadora de cable debe estar desenrollada.
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