El problema de que la válvula del termostato de su calefacción deje de abrirse después del verano es relativamente frecuente. He aquí las causas más comunes:
El pasador de la válvula está atascado:
Hay un pequeño pasador en la válvula que se desliza hacia fuera cuando se calienta y hacia dentro cuando no se calienta. Durante el verano, este pasador puede oxidarse o atascarse debido a los depósitos, de modo que ya no se mueve.
Polvo y suciedad:
Con el tiempo, el polvo, la suciedad o las partículas de cal pueden acumularse en la válvula, bloqueando el pasador.
Cabezal termostático defectuoso:
A veces el problema reside en el propio cabezal termostático, por ejemplo debido a un mecanismo defectuoso o porque la conexión entre el termostato y el pasador de la válvula no funciona correctamente.
Aire en el radiador:
El aire en el radiador también puede significar que el radiador no se calienta. Sin embargo, se trata más bien de un problema diferente y suele manifestarse en puntos fríos en el radiador.
¿Qué puede hacer?
Mover manualmente el pasador de la válvula:
Desconectar la calefacción. Retire el cabezal termostático (normalmente tirando o aflojando un tornillo). A continuación, intente mover con cuidado el pasador de la válvula ligeramente hacia delante y hacia atrás con unos alicates o un destornillador para aflojarlo. Debería ser fácil moverlo.
Compruebe el cabezal termostático:
Compruebe que el cabezal termostático está bien asentado y que mueve perceptiblemente el pasador cuando se ajusta.
Purgue el radiador:
Purgue el radiador si aún no lo ha hecho.
Sustitución o reparación:
Si nada ayuda, puede ser aconsejable sustituir el termostato o la válvula o hacer que lo revise un especialista.